febrero 21, 2008

Lo estuvimos pensando. Y no se imaginan lo dificil que ha sido terminar dedecidirlo. Es más, no decidimos nada. Yo insisto, ella duda; en el fondo ella sabe que la razón la tengo acomodada entre los dedos.

Llegó el momento, sea lo que sea eso que la gente llama "el momento". Estiempo de iniciar una vida juntos como cualquiera en su sano juicio debe hacerlo.

Los peros son obvios. Marco... ¿Pero y la plata? ¿Pero para dónde? ¿Pero cómo lo vamos a hacer? Pero Marco... ¿Y si no podemos?

Y... Pienso en la inflacion, pienso en la tasas de interés, pienso en la reconversion monetaria, pienso que no tengo ni cama, pienso en la delincuencia... En fin, pienso en todo esto a lo que desde que entré a un periodiquito me dio la corta gloria juvenil de reportero le he hecho frente a la caotica vida del venezolano.

A eso que todas las mañanas a la 5 le hacemos frente. Sólo hay una respuesta. Este mundo sale adelante con valientes que se dedican a dar el primer paso. De repente no soy el más valiente, pero soy de los que sueña, que quiere y que desea casa, carro, perro y muchachitos en Venezuela.

Y digo, gústele a quien le guste... Si llegamos hasta aquí, ¿por qué nodamos el siguiente paso y ponemos los pies en polvorosa? Polvorosa dulce, quiero decir, llena de canela y azúcar con un poco de leche en el desayuno alas 5 y 12 de la madrugada antes de salir a tomar el metro.

Le digo, el asunto es comenzar, lo demas viene como queramos que venga. Sé que no la convenzo. Pero como dice alguien por ahí, "seguimos en la lucha".

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