Supongo que algunos de ustedes han pasado por la disertación fulana esa de la libertad económica. A mí, en lo particular, me parece que una de los planteamientos más acertados del tema lo tiene Robert Kiyosaki, el de “Padre Rico, Padre Pobre”, quien ha sido bien claro en el tema ese de la búsqueda de ese bienquerido estatus económico.
En torno a eso, creo conveniente entender un fundamento básico: “trabajando no se hace plata”. Y es que ha que ver que nosotros los jugadores empedernidos vivmos metidos en el cuento de la carrera de la rata, buscando sobrevivir a como dé lugar, en vez de darnos cuenta que necesitamos arriesgarnos para salir de ese círculo vicioso, “Trabajar para pagar. Pagar para vivir. Vivir para trabajar”.
El comentario viene por lo siguiente. Comía yo con mi amigo Cassani en los predios de Chacaíto cuando después de comer conversábamos de cual era nuestra situación económica y que debíamos hacer para mejorarla. Yo insistía que había que meterse en peos mejores, el decía por el contrario, que era mejor trabajar para empresas que realmente producen dinero, para que te paguen lo que mereces.
De repente, aparece de la nada un hombre, indigente pues, y nos pide, como de costumbre en estos días, una colaboración. Yo saco mi moneda, cassani saca la suya, y le decimos “bueno, es algo, pero poco a poco se llega”.
“¿Qué si no?, si no fuera por esto no sabes cómo viviría yo, pidiendo llego a casi 800 mil bolos diarios, y cuando llego a donde yo vivo y cuento los reales me digo a mi mismo que no vuelvo a trabajar más nunca en mi vida”. Es decir, sacando cuentas, el cabrón gana más dinero pidiendo que lo que yo gano en un día.
Eso comprobó, que definitivamente trabajando no se hace dinero, pero da tranquilidad. Por otro lado, pensando bien las cosas. Lo que sí es cierto, es que el dinero no está en la oficina de uno, por eso es que hay que salir de ella para conseguirlo.
El tipo esbozó un intento de sonrisa mientras cruzaba la calle, saludo con la mano y se fue. Quizá, no tiene nada, pero libertad económica seguro que si tiene.
En torno a eso, creo conveniente entender un fundamento básico: “trabajando no se hace plata”. Y es que ha que ver que nosotros los jugadores empedernidos vivmos metidos en el cuento de la carrera de la rata, buscando sobrevivir a como dé lugar, en vez de darnos cuenta que necesitamos arriesgarnos para salir de ese círculo vicioso, “Trabajar para pagar. Pagar para vivir. Vivir para trabajar”.
El comentario viene por lo siguiente. Comía yo con mi amigo Cassani en los predios de Chacaíto cuando después de comer conversábamos de cual era nuestra situación económica y que debíamos hacer para mejorarla. Yo insistía que había que meterse en peos mejores, el decía por el contrario, que era mejor trabajar para empresas que realmente producen dinero, para que te paguen lo que mereces.
De repente, aparece de la nada un hombre, indigente pues, y nos pide, como de costumbre en estos días, una colaboración. Yo saco mi moneda, cassani saca la suya, y le decimos “bueno, es algo, pero poco a poco se llega”.
“¿Qué si no?, si no fuera por esto no sabes cómo viviría yo, pidiendo llego a casi 800 mil bolos diarios, y cuando llego a donde yo vivo y cuento los reales me digo a mi mismo que no vuelvo a trabajar más nunca en mi vida”. Es decir, sacando cuentas, el cabrón gana más dinero pidiendo que lo que yo gano en un día.
Eso comprobó, que definitivamente trabajando no se hace dinero, pero da tranquilidad. Por otro lado, pensando bien las cosas. Lo que sí es cierto, es que el dinero no está en la oficina de uno, por eso es que hay que salir de ella para conseguirlo.
El tipo esbozó un intento de sonrisa mientras cruzaba la calle, saludo con la mano y se fue. Quizá, no tiene nada, pero libertad económica seguro que si tiene.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario