marzo 11, 2008

Siempre he dicho que ser clase media no era tan malo. Era, en cierto modo, un paseo en góndola pues. Se puede decir que se es responsable de las cosas que la cobijita puede tapar y que cuando algo se sale, pues hay que recoger por un lado para tapar el otro, y ya está, solucionado el problema.

Pero, indico que la cosa no es tan sencilla como dice uno, porque precisamente hay que acotar que el término lo describe a uno muy clarito: clase MEDIA. De esa de la mitad, de esas que todo lo que sientas, pienses o padezcas nunca es entero de principio. Sencillamente, clase media es tener todo a mitad de camino.

Por ejemplo: clase media es un tipo que tiene Direct TV pero sólo en el cuarto principal. Tiene tres carros pero sólo uno sirve. Tiene una casa en El Hatillo, pero en Caicaguana, donde aún no hay luz ni agua y la vaina está a medio terminar. Tiene a los hijos en el San Ignacio, pero no va de luna de miel desde hace 10 años porque eso es prioridad.

Pero que no me estoy quejando. Que quien quiere mostrarse serio en el merequetengue es este que está aquí. Tiene a medias, pero tiene. Tiene sus perolitos, todos remachaditos, pero son suyos, se los sudo con trabajo, se partió el alma, la vida, y el corazón por tener sus cositas y darle cosas medianamente normales a sus hijos y su esposa.

Lástima que esta raza de hombres y mujeres tan maravillosa está en peligro de extinción. Porque hoy, o se es mollejúamente rico de la noche a la mañana a causa de los favores del gobierno, u horrorosamente pobre por la falta de oportunidades y el desprecio de los anteriores. Pero el clase media es el que poco a poco tiene, tiene aspiraciones y decisiones difíciles en la vida, y que aprovecha todas las oportunidades que se le presentan sólo por el hecho de ser clase media.

Yo sí soy de familia honesta, de bachillerato en colegio privado, ucevista, periodista y sobre todas las cosas, clase media.

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