agosto 28, 2012

Ser reportera en Siria


Esta semana se iniciaron las conferencias del 16º Encuentro Internacional de Foto y Periodismo “Ciudad de Gijón” y Periodismo Humano ha publicado los primeros videos de la conferencia en la que dos reporteros —Mónica G. Prieto de Periodismo Humano y Javier Espinosa de El Mundo— comparten su experiencia en Siria, posiblemente el país más peligroso para ejercer el periodismo. 
Mónica G. Prieto llegó a Siria en diciembre del año pasado. Fue una de las primeras corresponsales que entró de manera clandestina al convulsionado país. El régimen de Assad impide que los periodistas informen al mundo sobre lo que está pasando. Es muy difícil llegar desde Damasco hasta la ciudad de Homs, el corazón de las revolución.
Mónica Prieto narra el panorama con el que se encontró al llegar a Siria: un régimen totalmente represor, radicalización de las revueltas, miedo generalizado al régimen, nula libertad de prensa, entre otros hechos y situaciones terribles.
“Me encontré con un miedo atroz, y lo que más me chocó fue que la gente superara ese miedo. Pese a que se bombardea en las manifestaciones, iban todos los días a manifestarse. Me encontré en las manifestaciones con gente que había sido torturada de formas atroces”

No solo reformas, sino la caída del régimen
Esta revolución es la continuación de una inacabada en los años ochentas. El pueblo sirio se ha levantado contra la represión y la corrupción que se ha convertido en una práctica generalizada. Las personas que han hablado con la periodista le contaban que hay que dar sobornos para casarse, para acceder a servicios básicos, para estudiar, para todo. Se reclama las libertades básicas.
“Los motivos para que la gente se levante en Siria: es un país que vive en estado de emergencia desde hace 50 años, un Estado policial, hay entre 8 y 12 servicios de inteligencia declarados, que se dedican a investigar a los propios ciudadano (…) Hay un agente sirio por cada 153 sirios adultos (…) Hay decenas de miles de desaparecidos. El miedo, la dictadura…La corrupción”
El pueblo sirio pedía reformas, ahora la caída del gobierno de Assad es el objetivo de la revolución. En marzo del año pasado, cuando un grupo de jóvenes pidió la liberación de sus familiares que habían sido apresados por el régimen, éste respondió con una violencia innecesaria; desde allí las protestas aumentaron y la represión, también. En agosto, al inicio del Ramadán se esperaba que el gobierno frenara la violencia; pero no fue así.
En Siria, la educación es mediocre, es más un adoctrinamiento. Pese a eso el grueso de la población está a favor de la caída del régimen. Prieto cuenta que en su viaje de Damasco a Homs — que debería tardar 30 minutos, la situación de crisis hace que el viaje demore un día o más— descartó la idea de que la revolución era un fenómeno urbano. En el trayecto conoció a muchas personas, educadas y no educadas que querían lo mismo. En ese trayecto supo que toda la población está involucrada. Nadie denuncia a los rebeldes, nadie denunció que ella estuviera allí, hay hospitales clandestinos.

Medios alternativos
En su cobertura en Homs vio que la información es un instrumento vital para las revueltas:
“Yo me encontré mucha gente que me decía ‘yo tuve la opción de comprarme un arma o una cámara’ y decidí que si algo podía cambiar las cosas era una cámara porque en Hama tenían armas pero no tenían una cámara (…)”.
Homs se convirtió en la capital de la revolución. Los activistas tratan de mostrar que está pasando con graffitis en las calles y hasta con videos en la web. En cada barrio hay un media center que retransmiten lo que graban vía la web.
Y es que la libertad de prensa no existe, los medios oficiales son favorables al régimen. Por ello, los rebeldes deben buscar sus propios medios.

Los desertores
Cada vez hay más desertores del lado del régimen. Era imposible para los sirios seguir combatiendo contra su mismo pueblo, seguir viendo morir a sus padres, familiares, amigos:
“Las primeras deserciones fueron desorganizadas y aisladas. Además huyen con lo puesto, con lo cual al principio no son conscientes de que pueden hacer algo más (…) Cada vez son más las desercionesy obviamente empiezan a haber mandos que se organizan sobre todo en el sur de Turquía y en el norte de Siria. Ahí comienza a formarse el Ejército Libre de Siria”
Hay dos cambios importantes en la revolución del pueblo sirio: uno es que se pide la caída del régimen y el discurso sectario y de odio se ha generalizado.
Puedes leer los artículos de Mónica Prieto aquí.

Fuente: Periodismo Humano

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