junio 05, 2012

Los 10 crímenes del Community Manager



Con la llegada de internet, surgieron no solamente nuevos medios sino también nuevas profesiones.

Con las redes sociales, y con sus hermanos lejanos las comunidades y foros, proliferaron y se “profesionalizaron”, en cierto sentido, los llamados “Community Managers”, encargados justamente de gestionar las comunidades de marcas y personalidades instalando tópicos de conversación y contestando a las preguntas que puedan llegar a surgir. El concepto de moderador, elevado a la enésima potencia.

Sin embargo, con esta proliferación también entraron en escena una serie de comportamientos que son, por decirlo de forma sutil, poco idóneos. Algunos CM prefieren usar todas las herramientas que tienen a disposición, creando una serie de comportamientos que nosotros hemos denominado los “crímenes” del CM. Por supuesto, todo depende del contexto: la marca puede necesitar que hagamos algunas de las cosas que nosotros calificamos como crímenes, pero nadie debería tomarse esta lista de forma personal.

Recordamos que estas son opiniones personales, algunas de las cuales son compartidas por el equipo de Bitelia, y por supuesto cada uno está en todo su derecho de estar en desacuerdo con esta lista que presentamos. Y, como siempre, puede dejar su agregado en los comentarios.

1. La ortografía

Si vamos a contratar a un CM, tenemos que asegurarnos que pueda escribir. Y escribir bien, nada de hacer esas abreviaciones sin sentido que caracterizan a los mensajes de texto pero que no queremos que nos identifiquen como marca. No es necesario tener a un miembro de la Real Academia manejando nuestra cuenta de Twitter, pero con una persona que conozca cómo se conjugan los verbos y cómo se escriben las palabras, iremos bien.

Por el lado de los CM, tenemos que tener en cuenta que estamos hablando en representación de alguien. Le estamos dando voz a una marca. Y no queremos que esa marca sea conocida como “la que tiene faltas de ortografía” o “la que no tiene coherencia en su contenido”. Podemos tener contenido muy interesante, pero si está retratado de la forma incorrecta, se perderá para siempre en la vorágine de las redes sociales.

Nunca está de más tener un buen filtro de los contenidos que publicamos. Antes de apretar “enviar”, sea o no un contenido previamente planificado, tenemos que revisar que esté todo redactado de forma correcta. Son sólo unos segundos a invertir en que tengamos buena gramática, para evitar el primero de estos crímenes del CM.

2. El abuso de las herramientas

Twitter, Facebook y otras redes sociales nos ofrecen herramientas impresionantes no solamente a los usuarios de calle, sino también a las marcas. Con social media podemos comunicarnos de una forma que antes no podíamos con las marcas, a través de diferentes canales. Algunos CM aprovechan la oportunidad para inundar nuestro timeline con RTs de la marca, agradecimientos constantes y fotos sin sentido.

A no confundir: hacer RT de los comentarios que hacen los usuarios es muy útil, pero todo depende del contexto. Si nosotros damos una consigna en particular, y nuestros usuarios responden de forma creativa, esto es algo digno de compartir. Pero si simplemente hacemos RT de comentarios que elogian a la marca, esto es un abuso.

Lo mismo sucede con el Follow Friday, o #FF: algunas marcas hacen de esta actividad previa al fin de semana una lista interminable de usuarios y no otorgan los motivos por los cuales deberíamos seguirlos. Aunque esto es una práctica común, le damos un valor agregado haciendo algo “diferente” para variar, y no seguir a la manada. Sólo porque la posibilidad esté, no significa que tenemos que usarla.

Como “bonus track” agrego lo que me gusta llamar el “saludo de los buenos días”. Algún CM seguramente siempre cae en la tentación de saludar a sus seguidores con un buen día antes de comenzar a tuitear. Ahorrémonos un paso y compartamos contenido interesante, sin abandonar el saludo, pero dando un agregado.

3. Usar la web

Ya quedan pocos casos, pero existen. Hoy en día, las marcas se están dando cuenta que usar un cliente para gestionar sus redes sociales es mucho más provechoso. Desde herramientas más pro como el dashboard de Radian 6 hasta el genial HootSuite, hay herramientas para todos los gustos. Por eso, no hay excusas para tuitear desde la web.

Creo que usar la plataforma de Twitter denota una falta de profesionalismo, y una carencia de interés de parte del CM y de la marca por contestar de forma rápida a sus usuarios y encontrar la mejor forma de hacer su trabajo. Aunque es aceptable trabajar desde la web, cuando por ejemplo, nuestra herramienta no está andando del todo bien, es mejor hacerlo desde un lugar que nos acerque a los seguidores.

4. Ser aburrido

¡El contenido es todo! No solamente para los sitios web, sino también para las redes sociales. Si no motivamos a nuestros usuarios a que interactúen con nosotros a través de links interesantes, videos y demás, no seremos exitosos o al menos no construiremos una comunidad con todas las letras. Por eso, tenemos que ofrecer algo que no encuentren en otro lugar, así como también un espacio abierto para discutir.

Si tu marca vende cajas, no por eso tienes que hablar todo el tiempo de cajas. Lo mismo vale para empresas de cualquier otro rubro. El espectro es amplio, podemos hablar de cine, música, fotografía, videos, cosas creativas, lo que sea que encontremos en internet o que nos pasen nuestros mismos usuarios. En lugar del saludo inútil de los buenos días, podemos “arrancar” el día con un video de una canción, por ejemplo.

Algunas marcas también dependen fuertemente de campañas publicitarias que promocionan todo el tiempo en sus redes sociales. Si bien esto es necesario, porque nos ayuda a darlas a conocer, también tenemos que dar un espacio a otras cosas, para que los usuarios no sientan que estamos todo el tiempo “vendiendo” algo. Así es como nos abandonan o no interactúan con nosotros.

5. No escuchar a sus usuarios

Tenemos buen contenido, una presencia importante, hemos logrado amasar una buena cantidad de seguidores. ¿Ahora qué? Es posible que estas personas quieran interactuar con nosotros, hacernos un comentario, una queja, pedir ayuda para resolver un problema. Y si bien es algo natural, casi se podría decir que es la “esencia” del trabajo, es increíble la cantidad de cuentas de Twitter y de Facebook que no tienen una voz oficial, personas respondiendo las consultas.

El silencio de radio no es algo que se pueda permitir. Ya sea bueno o malo, el CM tiene que responder todo. Si es un comentario positivo, agradecer, demostrar que estamos ahí escuchando. Y si es un comentario negativo, estar más presente que nunca, para que la persona que está teniendo problemas se lleve una buena impresión, incluso si su problema no puede ser solucionado desde las redes sociales.

6. No relacionarse con su cliente

Relacionado con el punto anterior, muchos CM (sobre todos aquellos que trabajan en agencias de publicidad o agencias digitales) no mantienen una estrecha relación con el cliente. O, aún peor, tienen un desconocimiento del producto con el cual están trabajando. Para mejorar esto, es recomendable que usemos los contactos del cliente para obtener información de primera mano. Además, para responder consultas, si no tenemos conocimiento del producto será lo mismo que nada.

7. No checkear la información

Links equivocados, información incorrecta, troubleshooting que no dirige a ningún lado… Estos son algunos de los errores más frecuentes que podemos encontrar en el rubro de los CM. Lo importante es siempre verificar la información que estamos enviando, y tomarnos un segundo para releer. Además, contar con el soporte del cliente en todo momento para saber si estamos diciendo las cosas correctamente.

8. No admitir los errores

Por supuesto, podemos checkear la información un millón de veces y aún así, equivocarnos. Está bien; caemos en un lugar común al decir “errar es humano”, pero es la verdad. Los primeros en notarlo van a ser los usuarios, y seguramente van a decir algo, bueno, malo, lo que sea. Aunque el instinto primero nos dirá “bórralo antes de que alguien se de cuenta”, lo mejor es admitir que hemos cometido un error, y agradecer al usuario para que no sienta que el trabajo que se ha tomado en comentarnos ha sido en vano.

9. No establecer un estilo y una voz

Las marcas no venden solamente productos. Venden también un estilo de vida. Tienen un carácter. Quizás nos estamos poniendo marketineros, pero es como las cosas se manejan. Con ese carácter, cada marca tiene una voz en las redes sociales, un tono con el cual se dirige a sus usuarios, y por supuesto, este tono es construido, y debe ser cuidado.

Si no establecemos el estilo de comunicación que queremos tener con nuestros usuarios, la impresión que daremos será la de desprolijidad. ¿Cuántas veces hemos visto en perfiles oficiales diferentes cosas inconexas que parecen publicadas por una variedad impresionante de personas? Demasiadas.

10. Planear malos concursos

Finalmente, parte de la actividad del CM reside en planear actividades con recompensas para sus usuarios. Si los clientes no son tacaños, seguramente los premios estarán muy buenos. Pero la creatividad reside en hacer un concurso con mecánicas interesantes que “enganchen” a los usuarios y los motiven no solamente a participar, sino también a viralizar la página o la cuenta de forma orgánica invitando a sus amigos.

Planteemos mecánicas divertidas, que no sean demasiado complicadas, para que los usuarios se involucren. Y tenemos que contemplar siempre que el concurso falle: quizás no interesa demasiado, o el premio no es demasiado convincente. Por eso, siempre hay que guardar la posibilidad de aprender de los errores. Y, por todo lo que es querido en el mundo, no hablemos constantemente de nuestro concurso, que ya hay bastantes cosas interesantes de las que hablar.

Fuente: bitelia

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