Voy a ser sincero. De entre todos los escritores punteros de la actualidad, Paulo Coelho es de los que menos me gustan; sus historias pseudofilosóficas me aburren y su redacción tampoco me convence. Lo paradójico es que aunque eso es cierto, también lo es que he comprado varios de sus libros en la Kindle Store -por ejemplo El Alquimista- y que seguiré haciéndolo ya que hace algún tiempo decidí que debía apoyarle por razones lo suficiente importantes como para ponerlas por encima de mis gustos literarios: es un creador muy valioso y necesario en esta complicada época de ACTAs, SOPAs, Leyes Sinde y capos del copyright que estamos viviendo.
Desde que el P2P primero, y después otras alternativas hoy cerradas, se popularizaron permitiendo la distribución de todo tipo de cultura sin necesidad de los actores habituales de la industria, estos vienen promoviendo a base de miedo nuevos marcos regulatorios mediante los que recuperar el control pisando por el camino derechos básico y dificultando muchísimo la innovación. Una y otra vez le dicen a los gobiernos y a los creadores de renombre que la “piratería” está matando la cultura, que no podemos seguir así y que si no se adaptan las reglas a sus intereses el futuro pinta muy negro.
La mayoría se lo cree, pero por suerte no todos. Paulo Coelho es uno de ellos, quien de un tiempo a esta parte se ha convertido en un firme defensor de las descargas y en un enemigo feroz de leyes como SOPA.
El último ejemplo de lo primero es que el escritor decidió sumarse a la plataforma de promoción cultural lanzada por The Pirate Bay. Así lo cuenta él mismo:
Tan pronto como me enteré de esto, decidí participar. Varios de mis libros están allí, y como dije en un post anterior, My thoughts on S.O.P.A., las ventas físicas de mis libros están creciendo desde que los lectores los publican en sitios P2P.
Palabras vacías. No, de eso nada. Según números proporcionados por él mismo, en 1999 se vendieron solamente 3.000 copias de su libro El Alquimista en Rusia. Entonces decidió poner la obra en ese idioma libre en su web para que quien quisiera se la pudiera descargar gratuitamente; el resultado fue que en 2000 las ventas del libro en el país subieron hasta los 10.000 ejemplares, en 2002 ya eran más de un millón y hoy están en los 12 millones.
Respecto a lo segundo, su posición en contra de leyes como SOPA y similares, es interesante leer tanto su artículo mencionado anteriormente, como la entrevista que concedió sobre el asunto a TechCrunch donde entre otras cosas dice que:
No puedo ser codicioso, ignorante. El buen contenido no necesita defensa. La gente quiere que le ayude.
A la pregunta de ¿qué pasaría si los lectores electrónicos como el iPad llegan a ser tan populares como el papel?, respondió:
Esto va a pasar tarde o temprano… no se trata de calidad. El negocio de los libros está en un punto de transición, deberían darse cuenta. Ellos siguen teniendo reuniones, encuentros. El contenido está colgando. Sin embargo, todavía queda escribir libros, escribir blogs, escribir tweets, mensajes de Facebook. Y esta es una nueva forma de ver la literatura, y no sólo los libros impresos. El problema con la industria es que todavía no se dan cuenta de eso. Ellos tratan de detener algo que está ocurriendo de forma natural.
En resumen, Coelho ha entendido que la actual industria cultural está agotada, que los nuevos marcos regulatorios impulsados a sangre y fuego solamente lograrán empeorar las cosas y que el futuro pasa necesariamente por la innovación de modelos que cuenten con la tecnología.
Por esto Paulo Coelho es necesario. Estamos ante un escritor con muchísimo peso que:
- Promueve las descargas activamente.
- Distribuye por todo el mundo mensajes sensatos y no la cultura del miedo oficial.
- Es un ejemplo clarísimo de que el P2P no mata a nadie sino lo contrario, potencia la cultura.
Lo que también le convierte en alguien muy valioso ya que todo lo anterior supone un duro golpe para el peligroso discurso de los capos del copyright, las legislaciones estúpidas que se están aprobando y es un evangelizador que contribuye a que otros grandes creadores también cambien su postura pro industria por pro evolución.
¿Merece o no merece la pena comprar sus libros? A mi sí me lo merece aunque no me gusten, con ello contribuyo a que Coelho siga siendo uno de los pocos autores de la élite que se salen del camino marcado por las grandes compañías y se alinea con posturas que comparto por ser las únicas que permitirán lo que todos queremos: más cultura más accesible.
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