diciembre 05, 2011

A 110 años de su nacimiento, ¿era Disney un geek?


Las palabras tienen el contexto que se merecen. Hoy geek es aquel que está dispuesto, y muy gustoso, a absorber más sobre todo lo que tenga que ver con las nuevas tecnologías. Si puede vivir de eso, mejor. Y si puede desarrollar, a partir de su trabajo, más investigaciones; mejor aún.
Bueno, eso fue Walt Disney. Un hombre al que no se le pasó ningún avance tech de la época y que incluso propició otros tantos. Desde la animación de última generación, hasta la locomotora, pasando por un parque de atracciones que aún hoy es sinónimo de vanguardia.
Es más, según dos de sus biógrafos (Leonard Mosley y Marc Eliot), en los últimos años de su vida, Walt estaba obsesionado con la criogenización. ¿O sea que eso del mito del freezer…? Más falso que un Picasso comprado en ebay, pura leyenda urbana, pero que el hombre estaba interesado en el tema, podría haber sido cierto.
Más allá de los debates sobre la manera de ver el mundo que este empresario enarboló como bandera, ofrecemos aquí un pequeño listado sobre los “descubrimientos”, logros y curiosidades del papá de Mickey relacionados a la tecnología.

Animarse a animar

En 1920, un joven Disney fue contratado por la empresa Kansas City Film Ad, en donde animó anuncios de un minuto, los que se proyectaban entre las películas de acción en esa localidad. Allí conoció las primeras técnicas de dibujos con movimientos, un hallazgo que cambiaría su vida para siempre.

Tanta sed tuvo por más conocimiento, que se pasaba horas quemando pestañas en la biblioteca pública de Kansas City, tragando libros de anatomía y mecánica. ¿Su obsesión? Hacer una animación perfecta de la figura humana (algo que lograría años después con “Blancanieves”). Mientras experimentaba con una cámara prestada por el estudio que lo contrató, admiraba los trabajos de Eadweard Muybridge, fotógrafo que dio los primeros pasos de la cinematografía.
Pensemos que en aquella época la animación no era tomada en serio por la industria. ¿Les suena la historia de un hombre que se apasiona por una tecnología incipiente, casi experimental, y dedica toda la vida a convertirla en algo masivo? Y que con eso, como premio, se convirtió en uno de los empresarios más ricos del mundo. Con algo de romanticismo, se podría pensar que la biografía de los nombres propios que hicieron grande la industria de la computación personal, el cine y el entretenimiento es en realidad una sola.

El que quiera escuchar, que oiga

El 15 de mayo de 1928, en un corto mudo llamado Plane Crazy, hacía su aparición Mickey Mouse. Aunque se difícil de creer, esa pequeña historia no interesó mayormente a los distribuidores, por lo que el ex diariero (Disney ayudó a su familia vendiendo periódicos en su juventud) se preocupó por darle algo más “de pimienta” a su técnica.
Así fue como tomó impulso para lanzar una película sonora, Steamboat Willie. Para eso tuvo que investigar, junto a su equipo (a esa altura ya contaba con su propia empresa) el Cinephone, un sistema de sincronización de sonido que fue lanzado, en la animación, por Paul Terry (quien luego crearía Mighty Mouse o Super Ratón), para su cinta “Dinner Time” en 1928.
En cuanto Walt conoció este avance, lo quiso de inmediato para sus cortos, tanto para seducir a los distribuidores como a las plateas. “Steamboat Willie” se convirtió en un gran éxito. Durante años, el ratoncito silbando mientras le daba al timón de su bote fue todo un ícono para la compañía. Un dato al margen: el propio Disney se encargó de los efectos vocales de sus primeros cortometrajes y fue la voz de Mickey hasta 1947.
En lo que refiere a sonido y cine, su empresa logró dar grandes pasos, en especial con “Fantasía”, la primera en brindar sonido estereofónico en Estados Unidos. En ALT1040 encontramos un gran artículo sobre los logros de esta obra magnífica de la casa Disney.

La vida en colores

En 1932, Disney ya era toda una celebridad. El carisma de Mickey había convertido a la empresa del visionario en una de las más poderosas de su rubro. El cine a colores, también lo tuvo entre sus más grandes impulsores. De hecho, Walt logró el Oscar a mejor cortometraje de animación gracias a Flowers and Trees, de la serie “Silly Symphonies”.
Lo que no muchos saben es que esta película representó todo un adelanto en la industria, porque fue la primera que utilizó el proceso de Technicolor de tres colores, llamado Proceso 4. Hasta entonces, se usaba una técnica de dos colores. ¿Cómo funcionaba este adelanto?
  • Se basaba en un doble prisma. El primero de ellos descomponía la luz en magenta y verde, imprimiéndose una primera película para el verde.
  • La luz magenta pasaba por un segundo prisma que la descomponía en rojo y azul, y cada color se imprimía en su correspondiente película. En el positivo, estos colores quedaban en cyan, magenta y amarillo.
  • La combinación de los tres colores lograba reproducir todo el espectro de color, a diferencia de todos los procesos de dos colores anteriores, resultando en una imagen más natural.
Otra vez resalta aquí el olfato y la ambición comercial de Disney, porque el productor se aseguró la exclusividad de este sistema por dos años, tras un jugoso contrato con Technicolor. “Los tres cerditos” también fue filmado bajo el Proceso 4.
El espectador, que desconocía la escalada tecnológica de la industria, sólo podía notar que las películas de Disney se veían como ninguna otra. Un atributo relacionado hasta el día de hoy con la mayoría de los títulos de esa marca. Ni qué decir con los de Pixar.

A todo o nada: el primer largo, a la vanguardia

En 1934 Disney Company era realmente una empresa sólida, ¿pero lo suficiente como para embarcarse en un largometraje que reuniera, sonido, color y avanzadas técnicas de animación? Esa fue la idea detrás de “Blancanieves y los siete enanitos”. El hombre que guionaba personalmente los primeros comics de Mickey, no lo pensó dos veces, mientras el resto de sus competidores se sentaba a mirar cómo, supuestamente, sucumbía ante tanta ambición.
“La locura de Disney”, fue como se conoció al proyecto fuera y dentro de la empresa, ya que la mayoría creía que el proyecto terminaría arruinando al estudio. ¿Qué avances se pusieron en juego en este proyecto? La animación realista de seres humanos, la creación de personajes animados con personalidad definida, efectos especiales, y el uso de procesos especializados y nuevos dispositivos, como la cámara multiplano.
Lo que lograba esta nueva manera de captar los dibujos en filminas, fue generar sensación de profundidad en el espectador. En el video de arriba puede notarse bien cómo funcionaba este adelanto. En síntesis, la cámara era capaz de sugerir profundidad de campo gracias a un llamativo sistema de superposición de láminas filmadas en un mismo plano para simular lejanía.
La capacidad de Disney fue la de empujar toda una industria, desde los cortos precarios de un minuto que dibujó en aquella empresa de Kansas, hasta lograr una ovación de pie en el Carthay Circle Theater el 21 de diciembre de 1937, con una de la historias más conocidas del mundo: la de la bella que se refugia en la casa de los siete enanos.
Había nacido un nuevo estándar: Blancanieves fue el primer largometraje animado de lengua inglesa, y el primero en utilizar el Technicolor. Fue la película con mayor éxito de taquilla de 1938, y obtuvo unos ingresos de 8 millones de dólares en su estreno. Entonces, era un platal.

El tren del progreso

Apasionado por la tecnología, ningún otro avance fue tan admirado en la infancia de Walt y sus hermanos como el tren. En 1949, Disney y su familia adquirieron una mansión en Los Ángeles. Disney aprovechó para hacer realidad el sueño de tener su propia máquina. Él mismo diseñó los planos, las maquetas y el control de todo el proceso de fabricación. La locomotora de vapor, terminada por Roger E. Broggie, empleado de los estudios, recibió el nombre de Lilly Belle en honor a la esposa de Disney.
¿Un hombre jugando con trencitos de juguetes, hasta lograr uno de verdad? ¿Queda alguna duda de que Disney era un geek?
Ya desde los años 40, Disney tenía la idea de construir un parque de atracciones para el sólo uso de sus empleados y familiares. Sería el germen de Disneylandia. Desde el origen, este Centro de entretenimientos fue considerado como un work in progress permanente. Un lugar que albergara lo mejor de la mecánica, el cine, y después, la tecnología informática.
En 1964 Disney presentó varias novedades en la Feria de Ciencia de New York, entre ellas el Audio-Animatronic. Se trataba de un nuevo rubro en el emporio Disney: la robótica. Varios de estos bichos con brazos neumáticos diseñados por Lee Adams para Walt Disney, fueron pensados exclusivamente para el parque de diversiones. Y otros para las mega producciones cinematográficas que había encarado el grupo. Y ya no sólo de animación. El primer Audio-Animatronic de Disney fue el calamar gigante en la película “20.000 leguas bajo el mar”. Había bombas conectadas a los tentáculos. Cuando una bomba era activada, el aire llenaba los tentáculos, lo que les hacía subir y girar en espiral. El Nautilus, diseñado por Harper Goff, hoy es una pieza única del retrofuturismo.
En 1965 se anunció la construcción del nuevo parque, Disneyworld, cerca de Orlando, en Florida, que comenzó poco después de la muerte de Disney. Allí tendría lugar el Epcot Center, lo que significó -para todos los de nuestra generación-, ni más ni menos, que el lugar donde vivía el futuro.
Si has llegado hasta aquí en el relato, más aún, si has vivido en el planeta Tierra últimamente, sabrás que Disney nunca le tuvo miedo a las nuevas tecnologías, ni a los medios que iban naciendo. Ni bien apareció la TV, Walt se lanzó a producir para ese formato. En 1950 produjeron su primer programa televisivo, “One Hour in Wonderland”. El primero de emisión diara fue “El Club de Mickey Mouse”, que continuaría, con varios cambios de nombre, hasta los 90. Fue el semillero de grandes valores, como Britney Spears y Christina Aguilera… Pero bueno, de esto no le echemos la culpa al pobre Disney.

Disney nos dejó helados

La leyenda la conocemos todos. A esta celebridad que hizo del cigarrillo su único vicio conocido, le diagnosticaron cáncer de pulmón, poco antes de morir (1963). Pero siguiendo este mito urbano, poco antes de dar el último aliento, lo criogenizaron. Introdujeron -dice el cuentito- su cuerpo en nitrógeno líquido, esperando que en el futuro se pudiera curar este tipo de dolencia.
¿De dónde nació este rumor? Ya en 1969 hay constancia de algunas revistas amarillas que especularon con esta posibilidad. Recordemos que en aquella época, Disney era el equivalente de la última tecnología, por los logros de sus partes temáticos y sus películas. En el imaginario colectivo prendió la idea de que Walt tenía los medios para “suspenderse” en el tiempo.
Además, al menos dos biógrafos de Disney, Leonard Mosley (“Disney’s World: A Biography”, 1985) y Marc Eliot (“Walt Disney: Hollywood’s Dark Prince : A Biography”, 1993) mencionan el interés de Disney por la criónica en los últimos años de su vida, aunque no aportan fuentes concretas.
Y por supuesto, que toda la ceremonia funeraria haya sido en un ámbito restringido a la familia impulsó todo tipo de rumores.
Su cuerpo fue incinerado. Sus creaciones, y no el nitrógeno líquido, lo volvieron inmortal.

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