Doce meses después el gigante de internet anuncia la nueva generación de estos dispositivos de la mano de Samsung y, con ella, la llegada de una importante actualización del sistema operativo que lo transforma por completo.
Con esta nueva generación, Google intenta callar algunas de las críticas más importantes a su apuesta.
¿Lograrán conseguirlo?
Para los que no saben de qué se trata esto de las Chromebooks, la ecuación es simple.
Se trata de computadoras portátiles (fabricadas por ahora por Samsung y Acer) que llevan en sus entrañas Chrome OS, un sistema operativo desarrollado por Google, diferente a Android que es para otros dispositivos móviles.
Chrome OS se centra en el navegador Chrome y funciona conectado siempre a internet. No cuenta con un disco duro tradicional, por lo que toda la información que se maneja y administra en el dispositivo se aloja en la nube, es decir, en servidores en internet.
Por ello la computadora es capaz de encenderse en menos de 10 segundos y pasan sólo dos segundos entre cerrarla y volverla a abrir para que esté operando nuevamente al 100%.
Pero también significa que no cuenta con una tarjeta de gráficos avanzada, o es capaz de instalar software tradicional como Office, Photoshop, etc.
Una de las críticas más persistentes a Chromebook ha sido que las computadoras que lo alojan no son suficientemente poderosas. Google y Samsung han anotado el punto y lanzado esta semana un nuevo dispositivo con un procesador dúo mucho más veloz y 4 GB de memoria, lo que debe hacer que la experiencia de uso sea muy superior, entre otras mejoras.
Además, Samsung también trae Chromebox una minicomputadora -similar en forma a Apple TV- sin teclado, mouse o pantalla que cuenta con una gran cantidad de puertos de conexión para que el usuario lo conecte a su pantalla y periféricos favoritos.
Otro llamada de atención fue que Chrome OS no se sentía como un sistema operativo. La mayoría de los análisis lo catalogaban como un simple navegador.
La nueva versión del programa cuenta con una interfaz de usuario mucho más cercana a otros sistemas como Windows, Mac o Ubuntu, lo que hará más fácil la transición para quienes están acostumbrados a utilizar ese tipo de escritorios.
Pero en el fondo la mayor apuesta del buscador es convencer al mercado de que algunos países ya están listos para olvidarse de cables y discos duros y concentrarse 100% en la nube.
Por lo pronto los nuevos modelos de Chromebook ya están a la venta en Estados Unidos y el Reino Unido. En el mundo hispanoparlante, además de EE.UU., el dispositivo también estará a la venta en España, pero "por el momento" no estará disponible en América Latina.
Google también introdujo soporte offline -sin conexión a internet- en algunos apps como respuesta a las severas críticas de que la laptop era inservible cuando se viajaba en el metro o en el tren sin conexión a internet. Además -y de ahí su lanzamiento- la computadora estará ahora integrada a Google Drive de modo tal que todos los archivos se sincronizarán automáticamente en la nube.
Muchos analistas ven en Chrome OS una posibilidad real para empresas y escuelas. En vez de gastar mucho dinero en computadoras con caros sistemas operativos, ambos sectores pueden aprovechar el sistema de suscripción de Google que permite pagar al mes por la computadora y el servicio.
Y es quizá éste el sector al que más apuesta Google. Consciente de que necesita llevar sus servicios a través de un dispositivo -como hizo con Android- la empresa de internet está preparada para seguir apostando por este mercado y competir ahí con Microsoft, que sólo ofrece software.
Es por ello que está empujando fuerte este producto antes de la llegada de Windows 8 a finales de año, para tratar de convencer a compañías e instituciones educativas, de que la suya es una mejor opción.
Y una de las nuevas características de Chrome OS está dirigida a quienes dudan que pueda usarse en un ambiente laboral.
Remote Desktop permite que los usuarios de Chromebook puedan acceder a una computadora de escritorio en tiempo real a través de una conexión directa y acceder a programas y archivos en forma remota.
Pero algunas críticas y puntos débiles aún persisten.
La más importante es el precio del dispositivo. La versión más barata de la nueva Chromebook de Samsung cuesta US$499,99 y Chromebox US$329,99. Una computadora portátil con Windows 7 y características similares (más tarjeta de gráficos, disco duro y más puertos de conexión) se puede encontrar por US$300.
Varios analistas han dicho que si Google realmente quiere masificar su producto, debe reducir el precio. Por ahora la empresa no ha escuchado.
Se desconoce cuántas Chromebooks se vendieron en 2011, pero los pocos reportes que existen con datos no oficiales, apuntan a 300.000, una cifra muy baja en comparación con otras laptops y tabletas.
Otros creen que Google debería centrar sus esfuerzos en Android y olvidarse de un producto que pareciera no despegar.
Hasta ahora la recepción a esta nueva ola de Chromebooks ha sido favorable, pero no exenta de peros. Entre ellos está el hecho de que para quienes están acostumbrados a usar su computadora para algo más que navegar en internet, el producto aún se queda corto.
Pero para quienes gustan de navegar por internet y basar su experiencia en una computadora alrededor de la nube, la actualización de Chromebook será bienvenida.
Lo que queda claro es que quienes daban al producto por muerto, se equivocaron. Google insistirá en él y no quitará el dedo del renglón al menos durante un par de años. Habrá que ver si la apuesta paga.
En los próximos días estaremos probando uno de estos dispositivos y les daremos a conocer nuestras impresiones.
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