Anarquista, misántropo, caótico, iconoclasta, demente… de Alan Moore se ha dicho de todo y sólo dos cosas son realmente ciertas. Se trata de uno de los escritores más grandes del mundo del cómic y la novela gráfica, y de un hombre que cuando habla suele decir grandes verdades, o al menos, siempre verdades que se ajustan al hombre y sus ideales. Moore ha hablado esta semana abordando varios de los temas que ocupan parte de la primera plana informativa. Política, rebelión y el movimiento Occupy, movimiento del que el creador de Watchmen considera legítimo de una sociedad que debería revisar el Status Quo.
La locución forma parte de la entrevista realizada a Honest Publishing donde Moore comienza hablando del otro gran nombre de la novela gráfica contemporánea, Frank Miller. El creador de Sin City expresó hace unos días su apoyo al movimiento Occupy a través de la figura de Batman, al cual se refirió para decir que el superhéroe estaría del lado de ese 99%. Las respuesta de Moore hacia Miller es ciertamente crítica:
Frank Miller es alguien cuyo trabajo apenas he mirado en los últimos veinte años. Pensé que Sin City fue la misoginia recalcitrante, 300 parecía ser salvajemente ahistórico, homofóbica y completamente equivocada. Creo que probablemente ha habido una sensibilidad aparente bastante desagradable en el trabajo de Frank Miller durante mucho tiempo. Él no tiene nada que ver con la industria del cómic, no tiene nada que ver con la gente. He oído acerca de las últimas declaraciones con respecto al movimiento Occupy. Dice lo que se espera de él. He sido muy franco acerca de mis ideales desde el comienzo de mi carrera. Así que sí, creo que sería justo decir que yo y Frank Miller somos diametralmente opuestos en puntos de vista sobre todo tipo de cosas, pero ciertamente en lo referente al movimiento Occupy.
Moore pasó entonces a hablar del movimiento Occupy en Estados Unidos. Lucidez de ideas para explicar de forma clara y simple lo que ocurre:
Occupy es sólo la gente común recuperando los derechos que siempre deberían haber sido suyos. No puedo pensar en ninguna razón por la que una población deba esperar a mantenerse al margen y ver una reducción brutal en el nivel de vida de cada uno de nosotros y de nuestros hijos, posiblemente durante generaciones… cuando la gente que nos ha metido en esto han sido premiados por ello, y no han sido castigados de ninguna manera porque son demasiado “grandes” como para quebrar. Creo que el movimiento Occupy es, en cierto sentido, la opinión pública diciendo que deberían ser ellos los que decidan qué es demasiado grande para quebrar. Es un aullido plenamente justificado de indignación moral manejado de una manera muy inteligente, no violenta (que es probablemente otra razón por la que Frank Miller estaría menos satisfecho).
Por último, Moore se refirió a los pasos a los que a su modo de entender debería cambiar el sistema político. Para Moore:
Debería cambiar todo. Creo que lo que se necesita es una solución radical, empezando por nuestro pensamiento político en su totalidad, que me parece que se basa en preceptos medievales. Estas cosas no funcionaron muy bien quinientos o seiscientos años atrás. Sus formas ligeramente modificadas no son adecuadas a todos debido a que los espacios cambian rápidamente en el siglo 21.
Tenemos que revisar la forma en que pensamos acerca del dinero, es necesario revisar la forma en que pensamos acerca de quién dirige el show. Como anarquista, creo que el poder se debe dar a la gente, a las personas cuyas vidas son las realmente conmovedoras. Ya no es lo suficientemente bueno tener a un grupo de personas con el control de nuestros destinos. La única razón por la que tienen el poder se debe al control de la moneda. No tienen autoridad moral y, de hecho, muestran lo contrario de la autoridad moral.
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