diciembre 05, 2006


Pues después de trabajar como unos desgraciados durante unos cuantos meses en la campaña electoral, no he visto otra manera de liberar las tensiones que salir a caminar por las calles vacías de caracas.
La cara de la gente es bien diferente a las que tenían el pasado sábado, cuando todos esperábamos con ansias el asunto de pararse temprano a hacer las colas, y hacer lo que nos tocaba hacer.
La fatiga de la gente en cualquiera de los dos casos se notaba a leguas. Los centros comerciales estaban atestados de gente haciendo las primeras compras navideñas, algunos para matar el despecho electoral, otro porque había día de júbilo en la oficialidad y se decidieron aprovechar para empezar a gastar los tres meses de utilidades que les pagaron en el trabajo, más el bono.
Las discusiones siempre son las mismas. Las arrecheras, las alegrías, los rumores, los chismes, las historias, en fin, todo lo referente a la contienda electoral, pero desde la visión de cada quien. Así fue el lunes en la caminadera, para ablandar la fatiga de un día duro.
Cuando estaba pagando un refresco vi a una señora sacando su cartera con el dedito manchado. Así estaba su esposo y uno de sus hijos. De ahí en adelante cambio mi misión de la tarde y empecé a verle las manos a la gente. La mayoría estaban con el dedo morado, algunos con las manos manchadas hasta las muñecas.
El cuento es que de pana todos estuvimos haciendo la cola, las manos nos olían a tempera rancia y teníamos dormido el meñique. Algunos nos calamos colas interminables, pero salimos a votar.
Es lógico que después de trabajar en una campaña electoral todo el mundo pregunte que fue lo que paso, algunos más desesperados que otros, y creo que las explicaciones técnicas no bastan, sobre todas las cosas porque después de ocho años de conflictos con este gobierno, fuimos a votar con toda la pasión descarnada con el fin de que todo esto cambiara.
Algunos se preocupan porque sienten que amanecimos igual que ayer. Honestamente, no cambiaran hoy forman parte de las nuevas experiencias que un creo que sea así. Creo que todo lo que hicimos para que las cosas periodista no podía dejar pasar. Lo que nos toca es analizar las cosas que pasaron. Desde el punto de vista político, mercadotécnico, lingüístico, publicitario, y otras miles de cosas que se pueden analizar, hay que hacerlo.
Creo que tenemos seis años para prepararnos. Y como joven de este país, creo que es el momento de comenzar a trabajar para dentro de cuatro años empecemos a pensar en una nueva campaña electoral. Para construir un equipo de experimentados, y comenzar a trabajar en una nueva campaña electoral con todos los datos en la mano. Es hora de trabajar. ¿Quién se pega?

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