agosto 25, 2012

Los 3 Chiflados: 1eros Burlistas a los Nazis (+Video)


El humor de Los Tres Chiflados, violento, rústico y repetitivo, nunca recibió el aplauso de la crítica académica. Su comicidad era tachada, básicamente, como idiota; más aún en comparación con la sutilidad y el trasfondo de contemporáneos suyos como Charles Chaplin Los Hermanos Marx. Gracias a esa falta de atención por la crítica, consiguieron sortear la censura imperante en Hollywood y crear la primera sátira abierta de la meca del cine contra Adolf Hitler«You Nazty Spy!», estrenada en enero de 1940.
«You Nazty Spy!» es una burla ostensible del ascenso de Hitler al poder. Unos prominentes hombres de negocios del país inventado de Morónica deciden convertir a un empapelador de paredes en dictador (Adolf Hitler) para que acabe con la paz y así beneficiar su industria armamentística. Los compañeros del pelele, para completar el trío chiflado, son el mariscal de campo (Hermann Göring) y el ministro de propaganda (Joseph Goebbels). 
El corto, de 18 minutos de duración, aborda la persecución de los judíos, los campos de concentración, la quema de libros, el ánimo expansionista alemán y la farsa nazi de los acuerdos de no agresión.Hollywood trataba de dar continuidad a la neutralidad impuesta por Washington. Los estudios de cine mantenían la consigna de no hacer ninguna propaganda bélica, cómica o dramática, a pesar de estar dominados por empresarios de origen judío. Los Tres Chiflados, devotos judíos, sí se arriesgaron a la realizar la primera parodia del líder nazi. La obra de Charles Chaplin «El gran dictador» no se estrenó hasta nueve meses después.

Burlas abiertas

Las burlas al Tercer Reich son descaradas en el corto producido por Columbia Pictures. El título «You Nazty Spy!», traducible por «Tú, espía asqueroso», hace un juego de palabras entre nazi y «nasty» (asqueroso). El lema del país es un trasunto del «Alemania para los alemanes», pero con «Moronica for morons» («moron» significa idiota en inglés).
Los diálogos son abiertamente satíricos. En el film, el mariscal de campo dice al «führer»: «Hemos bombardeado 56 hospitales, 85 colegios, 42 guarderías, cuatro cementerios y otros objetivos militares vitales». «Está prohibido leer libros. Imáginese que aprende algo. Salga y queme todos los libros», comenta Hitler en un momento del film. «¿Podré tener un uniforme lleno de medallas?», pregunta el nuevo mariscal de campo; «Claro, podrá tener cien uniformes si sale y mata a cien generales», le responden. En momentos de parloteo rápido, el antisemita Hitler pronuncia palabras en idioma judío yiddish.

Humor de bofetada

Los Tres Chiflados, ahora recuperados para el cine por los hermanos Farrelli, representaron lo mejor de la comedia atrevida y violenta. Toscos, campechanos y simplistas, sus comedias eran una vorágine sin sentido llena de desenfrenos, irresponsabilidades y falta de sentimientos. Su misión era hacer de antihéroes y expresar que todo el mundo está chiflado.
La falta de sentimiento hacia el dolor causado por una violencia desempeñada a toda velocidad fueron su seña de identidad, por eso siempre fueron calificados de ramplones. Pero sus personajes no eran caracteres fuera de contexto político y social. Su periodo más fecundo, las décadas de los treinta y los cuarenta, coincide con los años más turbulentos del siglo XX. 
Los Tres Chiflados encarnaron como ningún otro la clase obrera. Siempre caracterizados como trabajadores de cualquier índole, buscaban en sus cortos remarcar las diferencias de clase: retrataban una aristocracia ostentosa en plena era de la Gran Depresión, eran despedidos, desahuciados de sus pensiones, buscaban un trabajo. Los tortazos directos a la clase alta eran muy del agrado de un público asfixiado por la crisis.
Los Tres Chiflados conocieron diversas formaciones en su dilatada carrera, con 190 cortos rodados entre 1922 y 1970. En 1940, año de «You Nazty spy!», el grupo estaba conformado por el trío más popular y recordado: Moe Howard, Curly Howard y Larry Fine. Moe actuaba siempre en los cortos como líder violento y torturador sin sentimientos, un carácter mucho más propicio para interpretar a Hitler que cualquier otro actor en la historia del cine.

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