enero 09, 2012

Tecnosociedad: Los blogueros pisoteados de Irán

Por Luis Carlos Díaz | 9 de Enero, 2012
Una de las pancartas digitales que se deben levantar ante el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, es ¿dónde están los blogueros? Sabemos que el pobre es una víctima del imperio, de la teocracia que gobierna sobre él, de la cuarta parte de los delegados de la ONU que se levantan y salen cada vez que toma la palabra… de la amenaza israelí y la prensa occidental. De todo. Por eso levanta la simpatía de quienes desean seguir jugando al anti-imperialismo en un mundo blanco y negro. Sin embargo es difícil presentarse en público, en países con tradiciones democráticas, teniendo bajo la alfombra y colgando de las horcas a mujeres, homosexuales, disidentes, políticos, cineastas, periodistas y ciberactivistas.
De estos últimos sabemos algo más. De los derechos humanos en Irán ya hay diagnósticos e informes hechos por las organizaciones que tradicionalmente levantan esa data, pero de los blogueros, twitteros y usuarios de Internet hay más registros y deudas que Ahmadineyad debería explicar antes de abrazarse con líderes de países más democráticos. No vaya a ser que por la foto de amigos, valores como la libertad de expresión y la participación política, se devalúen igual que las monedas.
Irán tiene podio en censura web
Cuando se vive en Internet, se empieza a entender el mundo desde la noción del conocimiento, el intercambio informativo sin barreras y la libertad de los individuos para construir una inteligencia colectiva. De pronto el mundo se hace pequeño y conoces gente en China preocupada por el impacto ambiental de sus industrias, o un chico iraní que protesta por los derechos negados en su país. Internet no es un derecho humano, pero los sucesos del año 2011 nos demostraron claramente cómo es útil para la gente que lucha por los suyos. Sin embargo el efecto catalizador que la conectividad cumplió en procesos sociales intensos como los de Túnez o Egipto no tienen mayor eco en dos países particulares: China e Irán

Una explicación sencilla la tendrán en el mapa global de infociudadanos amenazados, detenidos y muertos que realizó Global Voices Online.
En esa base de datos se registran las acciones contra individuos por sus actividades en entornos digitales. Los estados represores no comen cuento para desactivar disidencias desde temprano y atacarlas duramente, como ya ocurrió en Birmania en 2007 durante la revolución azafrán. Actualmente sobre Irán se registran 40 casos documentados de personas que han sido amenazadas, perseguidas, detenidas, torturadas, asesinadas o desaparecidas por su actividad en medios digitales.
-En Irán hay blogueros que han sido detenidos arbitrariamente y permanecen desaparecidos, como Jouhyar Goudarzi, y otros son torturados al punto que se suicidan tras ser liberados, como Behnam Ganji.
-El 14 de septiembre de 2011 le dieron 50 latigazos a la doctora Somayeh Tohidloo mientras permanecía encarcelada en Evin por criticar en su blog al líder iraní.
¿Dónde está el padrino?
Hablamos con Jillian C York para saber cómo seguía la situación de “Hoder”, Hossein Derakhshan, el ciberactivista más conocido de Irán y al que llaman The BlogFather, porque desde 2001 ha incentivado la conversación en la blogosfera persa. York es actualmente la directora delInternational Freedom of Expression de la Electronic Frontier Foundation, en San Francisco. Nos confirmó que Hoder “sigue encarcelado pero le han permitido algunas visitas a su hogar en los últimos dos años”. Lo tienen cautivo en la cárcel de Evin, famosa por mantener prisioneros políticos en condiciones degradantes y por sus ejecuciones masivas.

Hoder. Foto: Luis Carlos Díaz

Hoder es conocido por su trabajo como periodista y bloguero. En 2001, año muy adelantado a la explosión de los blogs, Derakhshan estaba en Canadá cursando estudios y armó una web personal que actualizaba a mano en lenguaje Unicode y que se llamaba “Sardabir: khodam” o “Editor: yo mismo”. Conoció así las mieles de la publicación autónoma y descentralizada, del poder ciudadano que se gesta desde ámbitos digitales. Como escribía en persa, su comunidad de impacto era su propio país, por eso fue reconocido y posteriormente bloqueado en la web iraní. Sin embargo las plataformas fueron mejorando y más gente pudo sumarse a la conversación global.
En momentos en los que los medios de comunicación iraníes no podían contar los horrores de la represión, gente como Hoder y otros activistas incentivaron canales alternativos de comunicación como los podcasts (audio en formato para descargar), blogs en plataformas más estables y el desarrollo de aplicaciones para burlar la censura en la web que está controlada férreamente desde el gobierno.
Irán tiene la particularidad de ser un país en el que la mitad de su población tiene menos de 25 años, y donde un gran desarrollo educativo y cultural convive con la brutalidad de un sistema político que aplasta a las minorías. Sin embargo, las voces se multiplican aunque el Gobierno crea que desactivando a los más visibles, podrá silenciar la crítica. La animación “Irán: a nation of bloggers” describe bien la situación.

Asimismo Jillian York publicó recientemente un artículo en Al Jazeera que da cuenta del cierre de 2011:
Irán sigue a la altura de su reputación como uno de los países más restrictivos del mundo en cuanto a la libertad de expresión. Además de su propuesta de este año de un ‘halal Internet’(esencialmente una intranet al estilo de Cuba, que pone a salvo a los ciudadanos de los sitios web externos), Irán -un país conocido por dar penas de 15 años de cárcelpor ”crímenes” como actuar en contra del interés del Estado- ha encarcelado varios bloggers este año.
Por The Blogfather se desplegaron campañas globales que pedían su liberación. Una vez detenido en 2008, acusado de espionaje como lo hace cualquier estado paranoico en estos casos, fue contemplada la pena de muerte como castigo. Después de las presiones de opinión pública dentro y fuera del país, se cambió su pena a 19 años, bien lejos de una computadora.
Irán está buscando apoyo internacional de países que pudiesen compartir sus horizontes ideológicos, ¿están otros países dispuestos a ser cómplices de la represión y la tortura? ¿El ataque digital es un modelo a copiar en caso de que las cosas se pongan difíciles a las nuevas hegemonías comunicacionales estatales?

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