noviembre 29, 2009

El Numero 2


A ver que podemos decir sobre este tema: el sábado secuestraron a un pana saliendo de un matrimonio en el Country. Le decían “coño chamo, ¿cómo no vas a tener plata si estabas saliendo del Country Club?”, pues lo que no saben estos cabrones es que los invitados a los matrimonios no necesariamente son los tipos de la yuca.

A todas estas al pana le sacaron 100 bolos y 50 dólares que cargaba en la cartera no sé por qué. Le quitaron el Blackberry que como bien puede uno, nosotros lo de la clase media (tema que hartamente hemos discutido en otros textos) nos lo compramos por internet porque sale supremamente barato. Al final para eso queda el pedazo de cupo por internet, para comprar las cosas que en este país no se pueden comprar.

Al final le dejaron el carro porque se pinchó el caucho, amén de que esta ocasión no le tocó un hijo de puta que le metiera unos tiros por pela bola. Y es que el mundo está así. Cuando no tienes real es peor, porque hay malandros que se molestan porque no te puede quitar plata, y que al final te quieren llenar de plomo.

Creo que no hay que ir muy lejos para darnos cuenta que la cosa cada vez es peor. Más es la gente que le pasa algo con la delincuencia, y cada vez personas más cercanas. Eso evidencia que la delincuencia esta cercándonos cada día más. De hecho, creo que nos tienen sitiados.

No es por nada que ahora entrar a tu casa se ha convertido en un arte con tantas cerraduras, llaves y rejas, ni hablar de caminar por la calle, se convierte en un acto paranoico sobre humano, una habilidad fuera de lo común que muchos extranjeros admiran. Por eso no salimos de noche. ¿O será que finalmente nos venció la locura?

Lo triste es que después de tanta cosa que uno escucha. De tanto cuento de gente que muere o que lo secuestran, o que lo roban, poco a poco hemos llegado a ser la segunda ciudad más violenta del mundo. O sea, las favelas son un nido de pajaritos comparados con las alimañas de acá. Lo que falta es sentirse orgullosos de esto, aunque con este gobierno, pues, se puede esperar cualquier cosa.

¿Pero cuándo será que tomarán cartas en el asunto en el tema de la violencia? Y es que francamente no creo que la fulana Policía Nacional sea una “solución” a estos temas. Tampoco las milicias rurales, de hecho, creo que este asunto va a empeorar las cosas. La única forma de erradicar la violencia es erradicando la pobreza, y eso se hace con trabajo, y no precisamente con trabajo de gobiernito. Pero pareciera que “eso” no es lo que debe importar al estado, sólo quieren matar malandros, o peor aún, que se maten entre ellos en las cárceles, que no son más que un laboratorio de selección natural.

No sé si me pase de justicierito con estos temas. Pero considero que, más allá de la concepción política del discurso es ser consiente ante las cosas que uno debe ser consciente. El malandro no se si se reforma. Pero prefiero darle oportunidades a los que vienen abajo, por qué no, a los hijos de esos malandros, de que ese no es el camino, que las cosas se logran trabajando.

Creo que este gobierno, en especial, sus bobalicones, no saben que es el trabajo, y es obvio, si sólo han sido militares…

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