noviembre 19, 2009

Las Maneras (digitales) de quejarse


Digamos que la gente que me conoce está bien clara que dentro del esquema mental del periodismo, estamos predispuestos a asumir la profesión como un permiso permanente para hablar paja. Es decir “con licencia para decir lo que me da la gana, cuando me da la gana, donde me da la gana”. Esto no es tan cierto.
Si nos ponemos a ver los límites que tenemos como comunicadores, entendemos que eso de donde me da la gana es realmente limitado a nuestros espacios de trabajo. Con respecto al cuando, tiene que ver lo de oportuno y veraz, pero cuando el mercado manda, pues, a uno no le queda más que meter la lengua en el tintero, es decir, en la real raya del ano.
Pero (gracias a Dios) nacieron las comunicaciones digitales como opciones para desperdigar insultos e improperios de manera indiscriminada, como bien decía el titulo de periodista en las letras chiquitas, hace que la verborragia sea honesta y sin tapujos.
Si nos ponemos a ver la capacidad que se puede tener con el Twitter, pues, podemos explicar con estas herramientas los beneficios de la comunicación digital de guerrilla. Nosotros los venezolanos, expertos en quejarnos, nos dieron 140 caracteres para anunciar cuanta barbaridad está pasando en el mundo. De hecho, nos da la oportunidad de linkear fotos y videos para que los mortales puedan ver las cochinadas que pasan. En fin, el twitter es una herramienta maravillosa para anunciar asuntos que ocurren en otros rincones de la web. Maravilloso para quienes están eternamente conectados.
El facebook es otra cosa. Las redes sociales son una actividad necesaria para estos momentos. Seguro, quien lee tiene por lo menos uno. Por qué, porque tiene la necesidad de estar pendiente de los amigos. No es mentira que esto de la tecnología tiene fama de ser extremadamente pajúa. Pero al encontrar los beneficios, superan con creces aquellos grupos de yahoo! Que en su momento era una herramienta fundamental para mejorar las comunicaciones con los grandes grupos de interconectados. Hoy se siguen usando, pero honestamente… como te pudren el puto correo.
Pero definitivamente para la lengua despierta y sucia (como la mía por ejemplo) no existe nada mejor que un blog para poder postear cuanta vaina a uno se le pase por la cabeza. Además, a partir de estos instrumentos, que no es mentira que se consumen el 20 por ciento del tiempo de la oficina, uno tiene un acercamiento más serio con el tema web, y obliga, a quienes no tienen conocimiento de ello, a querer hacer nuevas cosas con la herramienta, porque tiene la particularidad de generar necesidad de echarle llave al site y poner en práctica la fulana frase “echando a perder se aprende”.
Los más eruditos de la materias prefieren trabajar con los podcast y con los vlogs (video blogs, para los menos entendidos… no es analfabetismo tecnológico). Son chéveres, pero tiene su trabajo. En lo particular tengo ganas de montar un Video Blog… pero para ello es necesario montar realmente el teatro. Pronto…
Con respecto al tema, tengo mis dudas con respecto a eso de contener el lenguaje en estos asuntos. ¿No es acaso ésta plataforma una manera de generar libertad? ¿Entonces por qué hay que contenerse? De hecho, si somos honestos, quienes tienen éxito en estos menesteres es porque no se contienen… Definitivamente, al carajo los sensores.
No sé cómo explicarlo, pero creo que el tema no se trata de cómo nos quejemos, al final la manera siempre tiene efecto. La vaina es ser efectivo en la manera de quejarse, no como vieja chismosa que dice las groserías al aire para que lo escuche el primero que pase para que al final se lo chismee a alguien y se embrolle la cosa. Quejarse tiene su arte. Y hay que ver lo jodido que es.


PD: pronto les escribiré las razones de por qué yo me quejo en
internet… para que las viejas aprendan que yo no soy egoísta.

No hay comentarios.: