diciembre 19, 2008

Reflexiones antes de los 30

Digamos que las cosas han pasado. Hoy las recuerdo y simplemente han pasado. De hecho creo que he hecho casi todo en la vida, pero con muy poca seriedad, y quizás puedo agradecerle a eso es que las cosas malas las he tomado con humor, pero considero que las buenas pude haberles sacado más provecho.
El hecho es que estoy aquí parado en el punto de los 30. Justo un día antes y sin mucho drama puedo decir que lo he visto la violencia, el amor, la muerte, la sinceridad, la mentira, el drama, el juego, el sexo, la enfermedad, el buen gusto, el tiempo, el ocio, la sal en exceso, el cochino frito, el picante bueno, la sopa de sardina, a las ostras con champaña, la parrilla de los llanos, a Julio Borges sin saber que hacer porque su mujer paria cuatro muchachos, a Carlos ganando la Alcaldía de Sucre, a Michael Phelps ganando 9 medallas de natación en las olimpiadas, la muerte de Senna, El Caracazo, los golpes de estado, la tragedia de Vargas, el 11 de abril, las guarimbas, las bombas y sus daños, a Chavez cara a cara (y no pude escupirle), a la mujer de barrio con 7 muchachos, la niña de papi y mami, a las niñas intelectuales e incomprendidas, el Ávila desde abajo y a Caracas desde arriba, a las ballenas, el agua en abundancia y la sequia, el hambre, la autopista caracas la guaira en un tiroteo, el viaducto caerse, los carnavales de Carúpano, la Virgen de la Chinita, el ron y el wisky al mismo tiempo, la traición (creo que es una de las pocas cosas que me sacan de mis casillas), los baños de carreteras, los sexy show del Topeka, la resaca, las fiestas acabatrapo y las zanahorias, la high y la bad life, a Dio en la concha acústica, a Maiden si es posible dos veces. He estado en la línea, y he venido con las piernas temblando, pero he vuelto. He visto a otros irse, y no puedo negar que se les extraña, pero la vida hay que seguirla.
Seguramente, de esta lista, deben faltar millones de cosas…
De hecho, también en cada una de ellas tienen nombres y personas. A los que quiero y no quiero juzgar porque los quiero, a mis amigos, que son pocos y siempre me hacen y me harán falta, a la gente a la que le di la espalda por su mala actitud, y a los que me han traicionado, que espero no verles la cara nunca más, por el bien de ellos. A mi familia, que mal que bien ha caminado este camino conmigo y ha intentado, en muchos casos con resultados nada decorosos, caminar este camino de la vida.
Finalmente esta ella, ella que hoy se cala mis torpezas y mis incomprensiones, mi exceso de desenfado y mis cuentos. Digamos que la vida me dio precisamente lo que necesitaba para frenar el ritmo y tocar otro son.
Este año me diste el año más maravilloso de mi vida, y pese a que la vida nos arrebató una ilusión, me entregó la responsabilidad de tenerte. Eres, tu, la razón de mis próximos 60 años, espero que el seguro los cubra.
Carajo… voy a los 30 y miren todo el reguero que he dejado… jeje, me siento orgulloso de esto, pero creo que se acabo el tiempo de aprendizaje. Comenzamos a hacer lo que sabemos hacer.
Bienvenida la vida, que coño, llegaron los 30...

diciembre 12, 2008

Tarjeta de navidad 2008


Así se gana

Debo decir que las cosas que he escuchado de la boca del presidente en los últimos días es un acto de desesperación y megalomanía impropia de un jefe de estado, aterrado por quedar fuera de la jugada política.
Esta autodenominación, esta forma de aparecer con el interés de autosobarse la herida con el clamor de sus allegados, y que trata de organizar los inorganizable como el Partido Socialista Unido de Venezuela, indica lo que va a pasar en los próximos meses: otra derrota política, quizá de mayores dimensiones a las dos anteriores.
Sencillamente su partido no hace caso a los caprichos del rey: ergo porque sencillamente sabe que hay cosas más importantes que la autodenominación presidencial vitalicia, ergo porque sabe que si el presidente sigue allí eternamente va a ser muy difícil que yo pueda ejercer el liderazgo con libertad, ergo porque sencillamente al partido y a su gente no le da la gana.
Pese a los vítores de victoria del presidente y sus allegados, hay un pueblo preocupado por las ganas del tipo de quedarse con el coroto en nombre del pueblo nacional y socialista, que estoy seguro que no es la mayoría.
Pero más allá de preocuparnos por lo que dice o hace el presidente, considero que debemos ser consecuente con nuestros logros y seguir sembrando lo que hemos cosechado. Aún nos falta mucho camino que recorrer y eso se evidenció en estas elecciones. Los resultados son evidencia de que no damos la importancia a los gobiernos regionales, que son precisamente los que mandan en las comunidades.
Debemos seguir organizando a los testigos, debemos seguir incluyendo a la gente en la organización y la participación en los procesos electorales, debemos ser testigos reales de nuestros procesos políticos, y defensores de nuestro voto. Debemos ser, en fin, los guardianes de nuestro deseo.
Frente a esa verdadera labor política podemos evitar la reelección vitalicia y poner a los concejales que van a controlar los desafueros de los alcaldes chavistas, que sí, son muchos, pero no infalibles.
Esa es una labor de los partidos políticos, que sin ellos hubiéramos quedado fuera de la jugada y debemos agradecer su trabajo, pero esto es un matrimonio necesario, la sociedad que participa y los partidos que organizan, así es que se ganan elecciones.

Adoro las comunicaciones, pero...

La interacción multimodal la podemos definir como “un proceso en el cual diversos dispositivos y personas son capaces de llevar a cabo una interacción (auditiva, visual, táctil y gestual) conjunta desde cualquier sitio, en cualquier momento, utilizando cualquier dispositivo y de forma accesible, incrementando así la interacción entre personas, y entre dispositivos y personas” (http://www.w3c.es/Divulgacion/Guiasbreves/Multimodalidad).
Y esto es lo que es. Un mundo donde recibimos cientos de miles de mensajes por miles de plataformas, todas interactivas, por medio de las cuales podemos nosotros reaccionar o no a estos estímulos, todo al mismo tiempo.
Digamos que, uno se levanta por la mañana gracias a tu celular que tiene despertador, y observas la hora: 7:00 am. Prendes el televisor y pones el canal que deseas, revisas el calentador y compruebas que hay agua caliente, pones la cafetera y te cepillas los dientes. Suena la cafetera, preparas un sándwich y lo pones en el microondas a minuto y medio. Te bañas y escuchas las noticias en la mañana mientras la regadera suena. Sales y en toalla, escuchas que la situación no está nada bien en Maracay, pero tienes una reunión allá a las 2:00 pm.
En toalla, llamas al taxista por el celular y comes el pan con el café, prendes el laptop y revisas las noticias por internet, mientras que por el MSN esta tu novia, diciéndote que las cosas en Maracay están muy malas. Tu le respondes que si y le mandas el link de la noticia que acabas de leer.
Te vistes mientras ves a La Bicha, pero antes habías puesto a descargar el correo electrónico para revisar que hay de nuevo. Mientras te colocas los zapatos, respondes a uno de tu jefe donde dan las instrucciones sobre la reunión y que se verán allá a las 12 en la encrucijada para comerse unos sándwich de pernil antes de seguir a la reunión.
Apagas la computadora y la guardas en el bolso, recibes un mensaje del taxi que te dice que está llegando a buscarte. Tomas la chaqueta, el bolso y el celular, marcas a tu novia para decirle que vas saliendo, y que seguramente llegarás un poco tarde en la noche porque no sabes lo que puede pasar en la reunión.
Son las 8:30 am.
Buenos días dice el amigo del taxi, quien ya conoce tus gustos y ha comprado unos conciertos nuevos en el tipo de Sabana Grande y pone Pulse de Pink Floyd en el Blueray del carro el cual ves agradecido, porque definitivamente es un concierto muy arrecho.
Por tu celular llega el mensaje de que el documento está listo y lo revisas, haces tus observaciones y lo envías nuevamente al abogado que enviará el documento a tu jefe. Da el visto bueno, sabes que está tranquilo. Mientras vez el concierto sacas el Kindle y te pones a leer el último libro de la torre oscura de Stephen King hasta que caes en sueño.
Cuando despiertas son las 11:00 am. Hay cola.
Le pides al chofer que ponga la radio a ver como están las cosas. Obviamente, tensa calma. Pero sabes que lo mejor es estar pendiente. Le escribes a la secretaria de la empresa a la que vas y te dice –como buena alarmista– que la cosa no esta buena y que sabe de cosas que están pasando, pero que por la zona está tranquila, pero que una amiga periodista le dijo que en la tardecita la cosa se va a volver a encender. No te extraña que Radio Bemba sea más eficaz que la noticia formal, pero la experiencia te ha dicho que no puedes creer todo lo que dice el chisme y lo que no dice la información siempre lo sabe alguien más.
Por SMS me llega la confirmación de que el jefe está en La Encrucijada y nos detenemos a comer. Ahí conversamos del trabajo, de la cena del sábado, de las labores de la semana que viene, de las vacaciones de diciembre.
Así vamos. La reunión, la conexión WI-FI, la impresión del documento, la firma y el paseo por las instalaciones de la empresa. Dos correos de mi novia para recordarme que estamos comprometidos con unos amigos para una cena. Una llamada de la muchacha de la casa para decirme que compró unas cosas que hacían falta y que hizo comida para mañana. Y una transferencia electrónica vía celular para mi papá que me iba a comprar unas cosas.
En la noche llegas a la casa y no hay luz.
La vida se acaba.
Sales a cenar y te sientes algo nervioso: no tienes conexión con nadie y eso causa ansiedad. Después de la cena vas a casa con tu novia, la pasas bien pero no dejas de ver el aparato constantemente. Ella pese que reclama toda la noche la dependencia del aparato, no deja escapar la oportunidad y aprovecha a una noche sin luz para una “velada” romántica a la luz de unas velas.
Creo que al final de todo, puedes vivir multimodal, pero nunca dejar de ser un sujeto analógico para el amor, para comer, para vivir. Sencillamente adoro las comunicaciones, pero… no hay nada mejor que la vida analógica.