julio 21, 2008

Las noches a veces vienen con vendavales. Las lluvias huracanadas se convierten en simbolos de lo que la naturaleza puede hacer con los hombres. Somos apenas una pequeña parte de lo que Dios hizo, y nos creemos la gran obra de la creación.
asi son las cosas: cada dia estoy mas seguro que somos apenas una pequeña pieza del juego de Dios. Somos una pequeña parte de este juguete de piezas modulares que es la vida. Pero al fin y al cabo, él es el que decide cual es la jugada y nos deja a la buena... de yo no se que cosa.

Dios ilusiona con una noche tranquila. Luego lanza los vendavales en mitad de la madrugada, lanza los baldes de agua sin contemplaciones. Desinfla sus pulmones con vientos inclementes de huracán inclemente. Destruye las ilusiones. Fortalece el coraje.

No se como llamarlo, pero pese a que es mentira que somos la verdadera obra del señor, nos dio ciertas facultades, como la terquedad y la ignorancia, maravillosas desde mi punto de vista, que nos hace levantarnos de los vientos huracanados...

Somos torpes, ignorantes, orgullosos, inmorales, insanos, morbosos, tontos, insolentes, pobres de espiritu, e inhumanos. Si, somos obra de Dios, a su imagen y semejanza. Por eso es que retamos su autoridad torpemente, porque el asi lo desea. No sería tan divertido si no fuera de otra manera.