septiembre 25, 2006


Comienzo clases de la maestría de nuevo la semana que viene. Ese es un cuento que no había echado con sinceridad, pero que puedo decir que es uno de las empresas más difíciles que he tenido en los últimos meses de mi vida. En primer Lugar porque me metí en un asunto que realmente desconocía, y en segundo lugar, pese a que esto de investigar ha sido una de mis pasiones más apasionadas, no puedo negar el hecho que la investigación académica no es uno de mis fuertes (por no decir que estoy pelando bolas en esos menesteres). La cuestión es, en definitiva, que aunque estoy pariendo, estoy fajado por aprender lo más que pueda, y puedo decir que en los asuntos del discurso ya soy un iniciado, y que esto va a seguir por unos cuantos años más en lo que venga en mi vida profesional.
Yo venía de la literatura y el periodismo para inmiscuirme en asuntos más lingüísticos. Claro, nuestra formación lingüística es más práctica que académica, es en buena lid, tratar de aprender a comunicarnos con las escasas herramientas que uno tiene, y no puedo negar que en ocasiones son menos de las necesarias para poder expresarnos con claridad. Pero eso no es suficiente.
Recuerdo a mi amigo Carlos Pérez –que seguro Dios lo tendrá en la oficina de prensa del cielo con Orianna Falacci–, a quien le corregía cuestiones de estilo, cuando yo estaba apenas a media universidad. Eso no lo hacia peor periodista, era de los mejores, pero había cosas que yo defendía a capa y espada en el estilo y que seguramente hoy no debo ser tan rígido. Eso de los gerundios después de las comás era una cosa que me aterraba, “Esa berga es cosa de policías y abogados”, le decía yo. Pero que más le íbamos a hacer si nos las pasábamos rodeados de pacos y abogados, en un país donde el que no es abogado es buhonero, con el chance de ser de las dos cosas al mismo tiempo.
Con la literatura pasaba lo mismo. Uno se la pasaba leyendo y escribiendo. Escribiendo y leyendo. En esos interines pasa uno por clases en el colegio con profesoras geniales de literatura y lenguaje a las que uno no le para, pero de vez en cuando uno asume una que otra cosa que parece interesante. De un día a otro uno se interesa por la gramática, por las estrategias poéticas, por las rima, por las estructuras narrativas. Entones empiezas a leer a los surrealistas, a la generación del 28, a los latinoamericanos, a los beatnicks, haiku, teatro ruso, a Philip Dick, a Ionesco… y caes en las manos de un profesor llamado Manuel Bermúdez que te dice que deje de leer vainas y me meta de nuevo con los clásicos y me lave del modernismo globalizado, me habla de poesía durante horas y celebré con mucho gusto saber que le habían dado su merecida silla en la academia de la lengua con cerveza en la redacción de Así es la noticia. Meses más tarde estaba desempleado pero con cuatro años de periodismo en los hombros.
Me llega Soledad Morillo y mientras ella pasaba meses sin poder escribir ni una letra porque se cayó de rollete y de esguañingó las manos, yo por teléfono tomaba dictado y aprendía sus estrategias de redacción mientras me sorprendía con la forma en la que Saramago hacia de las suyas con sus diálogos.
Después entendí, con Sol, que era escribir discurso político. En una tarde escribimos cinco textos para personas diferentes. Pensábamos en su forma de enunciar las palabras, en su prosodia, en su postura, y poníamos cada letra con finura en su justo lugar con ayuda del diccionario de la lengua española que acababa de comprar, del Larousse de sinónimos y antónimos que me acompaña desde los años de castellano I, del Internet y de la Biblia, uno de los libros de valores y conciencia política más importantes de la historia. Me estremecí cuando escuché cada uno de los discursos, que tenía frescos en mi memoria. Cada palabra dicha con una intención, en el momento justo. Puesta con el interés de alentar las ovaciones del público. Y que fuese obra mía, pese a que al final escucharas a gente que dijera, “mano, que arrecho el discurso de fulanito, de verdad que el tipo es un genio”. Eso a mi me daba más gusto.
Llego al IESA al programa de Líderes Emergentes y me fajo en el Módulo de Comunicaciones, y entiendo que la expresión oral es una de las herramientas que más usamos y que menos dominamos. Empecé a ayudar a la gente en esos asuntos y puedo decir que no me ha ido mal. Hubo un pana que vino de Trujillo a declarar una vez y no saben el miedo que le tenia el pana a eso de declarar. Hoy no es que sea el tipo más diáfano de todos, pero hace el intento de hacerlo lo mejor posible y lo hace bastante bien.
Creo en el lenguaje y me metí en este rollo de estudios del discurso, que no es nada que ver con lo que estamos pensando que es el discurso. El discurso tiene un carácter más complejo. En muchos casos tiene cosas que aun no logro aprender. Pero De eso se trata esto del asunto de aprender. Esto de ver el lenguaje como una estructura compleja, que no solo es sujeto, verbo complementos, sino que tiene una estructura secuencial, tiene una influencia ideológica por parte de quien escribe para sus lectores. Que la palabra no significa por lo que es sino por cómo está colocada en el contexto. Que existen estrategias discursivas como la cortesía que puede ser diferente dependiendo de la cultura, y una frase puede ser positiva en una y negativa en otras. Al final es una vaina muy arrecha.
Son muchas cosas. Yo creo en esto, saben. Tengo muchos libro de mucha gente y siento que en algunos aspectos los libros son apenas una idea de lo que puede pasar con el lenguaje. Lamentablemente muchos de ellos están en ingles, en francés o en alemán. Otros sencillamente no se consiguen. Algunas de esas estrategias no se adaptan al español. Hay momentos que no entiendo como carajo hemos dejado pasar estas cosas por debajo de la mesa. Hay gente que piensa que es el lenguaje y como usarlo, y nosotros estamos cada vez menos consientes que esta herramienta que nos hace ser “diferentes” del resto tiene una razón y una forma.
Pero saben, hoy existe gente que está fajada de hacerle llegar a nosotros todo esto que esta en otro idioma y que vale la pena leer. No en vano, pese a que el ingles y el chino esta dominando el mundo, de que los diplomáticos se hablan en francés, y que los alemanes y están mandando en toda Europa, hoy los habla hispana somos muchos. Que hacemos cosas maravillosas con la palabra, y que es compleja, complicada, joven y en crecimiento. Que cada día se convierte en un monstruo mayor y que no tenemos tiempo de domarla. Que el regueton y la cultura popular, lo heterogénea de nuestra cultura hace que sea más rico cada día. En castellano más balandro, citando al Calle 13, en el español se vale to’.
Somos Ñ en el mundo, con el que podemos decir coño, ñame, niño, ñu. Somos Ch en el mundo, donde podemos decir chanfle, chapulin, chilango, charola, enchufar, chela, chocha. Somos ciudadanos de son y la rima, del ritmo y la pachanga. Pero nos hace falta esa vaina que pensó Bajtin, Adam, Van Dijk, Fairclouh, Wodak, Halliday, Hymes y toda esa gente que necesitamos en español. Estoy seguro que quien quiera echarle bolas a apoyarme en que las universidades de Latinoamérica deben sentarse a traducir estos libros.
Además necesitamos traer las cosas de la gente que realmente se ha fajado a entender los estudios del discurso en nuestra lengua. Es más, no hay que ir muy lejos, creo conveniente darle el espacio a la práctica a esta gente que está aquí, y que son unas eminencias en lo que hacen. Gente a quien conozco, respeto, admiro, y que además tengo el tupé de decir que son mis profesores hoy. Estoy seguro que mis amigos de toda Latinoamérica deben tener un profesor que esta haciendo lo mismo en su universidad, pero así no se defiende el lenguaje.
De hecho, creo que las estrategias que otros como estos hombres y mujeres tan valiosos están pensando deberíamos sentarnos a investigarlas. Yo todavía, después de un año me siento un iniciado en el asunto, pero es tan apasionante que da arrechera que aún pensemos que el español sea un asunto de tercermundistas, pero a los chinos tienen uno de los idiomas mas antiguos del mundo y no piensan eso.
Tengo 28 años hablando este jodido idioma, uno de los más arrechos del mundo, para que me vengan a decir que como el inglés es más comercial, me tengo que olvidar de mi idioma. Esta bien, ya sé el inglés, pero el español aún no lo terminamos de aprender. Creo que es una razón para entender que si existe alguna manera de asumir la globalización como un sistema cultural es por medio del lenguaje, porque vale mucho más que nuestra cochina mala costumbre latinoamericana de sobreponer nuestra soberbiosa soberanía nacionalista. Somos cuatrocientos millones que hablamos el español y podemos defenderlo mejor si somos más. Que esperamos.

septiembre 14, 2006


Es verdad que eso del hablar de sexo, erotismo y pornografía con la madre de uno puede parecer una cochinada moral, pero en este caso, y como es mi familia, se convierte en un asunto de competir a ver quien hace sonrojar a mi madre, que no puedo negar que en ciertos momentos los que salimos con las tablas en la cabeza somos nosotros.
En alguna parte
leí que entre un 70 y un 82 por ciento de las mujeres se masturba hasta el orgasmo alguna vez en su vida. Muchas empiezan después de los 20 años, o cuando ya han realizado el coito (en nuestro caso es innegable que estas coñas amigas de uno llevan echándose desde chiquitas porque que yo sepa, han comenzado desde tempranito a probar, ni hablar a las de sexualidad distraída). Es posible que algunas mujeres no se masturben nunca. La frecuencia suele variar dependiendo de las circunstancias, pero la investigación demuestra que las mujeres que mantienen una relación sexual activa, se masturban tanto como las que no la mantienen.
Bien, Pues resulta que una noche nos pusimos a hacer unas arepas con sardina, harta conocida por sus condiciones afrodisíacas. Pues bien, en mi casa estábamos Daniel, el chamo que trabaja en mi casa, mi hermano y yo, estábamos comiendo y salió el cuento no me preguntes de que manera.
- ¡Pero si eso es algo normal! Yo tengo amigas que se echan deo desde chiquitas. - Dice mi hermano.
- ¡Que horror! – dijo la doña.
- ¡Si vale! Eso es normal, es una manera de sacarse de encima el queso… - dice Daniel.
- ¡Madre de dios! – seguía la señora poniéndose la mano en la cabeza.
- ¡Además! Es mas sabroso cuando se hace de a dos, a si uno se toca y una goza mas eso… ademas que uno se pregunta por donde es que le gusta y tal.
- ¡Marco! – dice mi madre con cara de sorprendida.
- A pues señora Ivonne, ¿cual es el rollo? Si este coño ya ha echado pipe que jode, ese es el otro que habla sin saber.
- ¿Sin saber? – dice Víctor – tu como que no sabes nada… además mamá, mis amigas que se gustan entre ella nos echan los cuentos y nos dicen como es la cosa
- ¡Como! ¡Las mujeres que se echan deo entre ellas! ¡Madre de dios!, ¿y eso es asi?
- ¿Ah no mamá que pasa? Siento que estoy hablando con la madre Maria de San José.
- Bueno no pero no es para tanto.
- Ay no señora Ivonne, creo que se va a tener que meter más en el Internet y dejar de estar viendo boberías en la televisión, es muy poco educativa…
- No vale, si ahí esta el canal porno, lo que pasa es que se lo quité de la TV porque si no quien se aguanta a esta señora pegando gritos de horror a las cuatro de la mañana de esa gente a echando uno.

La pobre sardina que se estaba comiendo mi mamá estaba muerta de la risa por la cara de sorpresa, pero a partir de ahí quedamos todos callados por un buen rato. Mi madre, ya con media arepa consumida, se queda viendo a la sardina, que sobresalía, con las manos chorreadas de mantequilla y limón, y el vaso de jugo de piña por la mitad.
- Aunque pensándolo bien, eso de cargar un guevón al lado… como que es mejor echarse deo.

La atragantada fue colectiva. Daniel le dio tos porque una espina se le fue por el mal camino, mi hermano bañó la pared de la cocina con jugo de patilla y yo me estortillé de la risa en el suelo. Definitivamente si preguntan por qué yo soy así, esta es solamente el ápice de las cosas que pasan en mi casa.

septiembre 13, 2006



El muchacho está naciendo!!!
Bueno. Esto es lo que esta pasando. Con un poco de paciencia y de trabajo pronto tendrémos en el aire nuestra página web hecha entre Mafer, Fer y Yo. La cosa esta saliendo como Dios Manda. Fernando, como de costumbre, es un gran diseñador y hace cosas que a veces sorprende, de las otras ya estoy acostumbrado. Mafe, como siempre, esta empujando esas ideas que siempre se me pasan por la cabeza y que ella cree posibles. Y yo, siempre pensando las cosas en grande, sólo que esta vez el primer paso está dado. El mundo está cambiando y yo estoy montado en el aparato. Si te quieres, comprame un tiket, que viene la Ciudad Underground. Pronto le daremos el click.

septiembre 07, 2006


Estaba pensado sobre qué puedo escribir de nuevo sobre la vida buena, sobre la felicidad, sobre las cosas que te hacen sentir feliz. Pues bien, revisando mis discos favoritos, encontré una cancion de Janis que es genial. Ésta se la dedico a mis amigos que hoy tienen sus chamos y que no he tenido la oportunidad de cargarlos, y a los que yo sé, están echandole pichón a eso de buscarlo (ánimo muchachos que la casa gana). También se la dedico a mis amigos que, aunque se que no les va bien, les tengo en mis deseos y esperanzas de que sus cosas mejoren, porque la oportunidad de quererse como ellos se quieren no se da dos veces en la vida.
No se preocupen por mi. Todo a su tiempo...
Espero que les guste...
Sit there, hmm, count your fingers.
What else, what else is there to do ?
Oh and I know how you feel,
I know you feel that you're through.
Oh wah wah ah sit there, hmm, count,
Ah, count your little fingers,
My unhappy oh little girl, little girl blue, yeah.

Oh sit there, oh count those raindrops
Oh, feel 'em falling down, oh honey all around you.
Honey don't you know it's time,
I feel it's time,
Somebody told you 'cause you got to know
That all you ever gonna have to count on
Or gonna wanna lean on
It's gonna feel just like those raindrops do
When they're falling down, honey, all around you.
Oh, I know you're unhappy.

Oh sit there, ah go on, go on
And count your fingers.
I don't know what else, what else
Honey have you got to do.
And I know how you feel,
And I know you ain't got no reason to go on
And I know you feel that you must be through.
Oh honey, go on and sit right back down,
I want you to count, oh count your fingers,
Ah my unhappy, my unlucky
And my little, oh, girl blue.
I know you're unhappy,
Ooh ah, honey I know,
Baby I know just how you feel.

septiembre 05, 2006

Un Futuro no tan improbable
Pues bien. Sé que no acostumbro montar este tipo de cosas en el blog, pero en este caso, una amiga me mando un video de un futuro posible de nuestra sociedad de la información, que destroza nuestra visión mediática tal cual como la conocemos. Los entendidos podrían decir que esto es sacado de una de las fumadas historias de Philip Dick. Y quien tenga dos dedos de frente y este iniciado en estas lídes sabe que es sumamente probable.
Sin más, aquí se los dejo. Espero que les de miedo...